miércoles, 31 de agosto de 2011

Sólo quiero vivir la vida.

Quiero sonreír a cada instante y contemplar mi reflejo en el retrovisor de este viejo coche. Quiero cantar una de mis canciones preferidas y bailar al ritmo de su sintonía. Quiero besarte hasta quedarme sin oxígeno y reír de felicidad cada vez que suene esa canción, nuestra canción.
Quiero seguir la Luna creciente con mi mirada mientras viajo a través de este coche lleno de libertad.
Quiero saltar de una cama a otra y sentir que puedo volar y tocar las nubes con mis propias manos.
Quiero escuchar el canto de los pájaros cada mañana y levantarme expresamente para ver el Sol brillar radiente, ardiente de vida.
Quiero girar a través de la más grande de las norias, y contemplar la hermosura de cosas que no se ven todos los días.
Quiero ser feliz y que nadie me quite esa felicidad, porque es mía, de nadie más.
Quiero nadar lejos, y que el mar me atrape con toda su fuerza, con toda su bravura, y perderme allí, en el lugar en el que nací, y en el lugar en el que algún día desapareceré.
Resumiendo, sólo quiero vivir la vida, porque es corta, y por ahí dicen que no da tiempo a hacer todo lo que queremos.
Yo quiero que a mí sí me de tiempo.

lunes, 29 de agosto de 2011

Reflexiones.

Hoy es uno de esos días en los que no encuentras motivo alguno para sonreír. Es como si todo se alejara sin un por qué, y ni si quiera puedes detenerlo.
Te preguntas ¿Qué ha pasado? ¿Por qué tiene que acabar así?
Pero ya no es momento de lamentarse. No vale la pena ese mar de llanto, ni esas tardes encerrado en ti mismo, sin razón de ser, sin razón de existir.
¿Ahora qué?
Ahora es momento de recapacitar y darse cuenta de que nada de eso merece la pena.
Considero que las depresiones suceden porque las personas se abandonan, se dejan invadir por ese dolor que hace que no puedan salir de ese agujero en el que han entrado.
Y se pierden en el abismo de la tristeza.
Lo que debemos hacer es esquivar el dolor. Olvidar las penas y mirar hacía el nuevo día. Quizá este no sea como queríamos que fuera pero, ¿y qué?
Merece la pena vivir la vida, porque solo lo haremos una vez.
Como siempre digo, la vida son dos días, y el primero ya se fue. Así que aprovecha cada segundo, porque será la última vez.
Entonces...¿Es este motivo suficiente para sonreír?
Yo pienso que sí. Y vale la pena hacerlo.
Vive la vida, aprovecha cada instante, disfruta de la belleza de vivir. Y riéte.
Riéte de ti mismo, y de la estúpidez que cometiste derramando aquellas lágrimas cuando podías estar disfrutando, y aprendiendo a ser feliz.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Encanto del amor.

Dime cosas bonitas al oído, para hacerme saber que de ti estoy enamorada.
Susúrrame aquellos versos olvidados, aquellos que aún guardan ese olor a perfume de amor.
Cántame esa canción que nos llevó lejos, a aquel jardín desierto, donde juntos rodamos por el césped y nos perdimos en la inmensa naturaleza.
Recuérdame los momentos de pasión guardados en alma, en mi ser, en cada uno de mis sentidos, en cada rincón de mi piel, y en cada fragmento del gran amor que unidos hemos recoletado.
Abrázame en cada momento en el que la soledad me abrume y que mi mente te recuerde como lo más bello que ha pasado por mi vida.
Siénteme en el viento, y entre los arbustos de este bosque perdido, en este bosque encantado de pasiones y sentimientos arrebatados.
Hiéreme, acaríciame después, bésame como si fuera la última vez, arrástrame lejos, muy lejos, donde nadie nos vea, donde nadie de cerca pueda sentir nuestros latidos en el aroma confuso y apasionado de la locura.
Enamórame cada segundo de tu vida. Ámame a cada instante. Acércame a tu pecho y hazme allí un hogar. Acógeme en tus brazos y húndeme en tu corazón, donde mi alma quede guardada por siempre en tu mirada.
Guárdame en el silencio, para que pueda gritar eternamente al cielo mi inmenso amor, mis intensas e irremediables ganas de vivir, siempre a tu lado, siempre con la suerte posada en las yemas de mis dedos. Con la suerte que es el privilegio de amar, y de ser amado. Como tú, y como yo.
Como encanto del amor.

martes, 23 de agosto de 2011

Ese dolor.

Es un dolor que nunca sana, un dolor que nunca cura, una cicatriz que siempre permanece en la piel, como imborrable tatuaje. Es un dolor que sólo se deja aparcado en un rincón del corazón, y que intentamos alejar de nosotros, haciéndolo pura rutina, y acostumbrándonos a él. Es un dolor que simplemente se reduce en nuestro interior, dejándonos los buenos recuerdos, y unas lágrimas, que de vez en cuando quieren pasearse por nuestras mejillas para mantenerse entretenidas y para que no se queden dentro nuestra haciendo que guardemos ese dolor, al que simplemente nos hemos acostumbrado.
Es un dolor que nunca termina, es un dolor que dura, lo mismo que dura la vida, quizás muy poco, pero a veces parece demasiado.
Es el dolor de la pérdida, un dolor incurable, imborrable.
Un dolor del que sólo nos damos cuenta cuando ya hemos perdido lo que más queríamos.

lunes, 15 de agosto de 2011

Lo que no podemos ver.

Todo aquello que se esconde en el vacío. Lo que nuestros ojos no son capaces de apreciar. Un rostro que esconde su llanto en la soledad. Un suspiro que se desvanece en un viento que se lleva pedazos de vida, de momentos que solamente son para uno mismo.
Aquello que se esconde entre los arbustos y sólo podemos notar su olor. Olor a secretos, a intimidad, a cosas que queremos descubrir, pero que pertenecen a otros, no son nuestras, no nos poseen, no las podemos ver.
Aquello que se guarda en los rincones, rincones cerrados con llave, una llave que es arrojada a quién sabe dónde, y de la que sólo tendrá posición esta vida que lleva y trae misterios en los que nos inundamos sin caer en la cuenta de que hay pequeños detalles que se nos escapan, detalles que pueden ser pequeños para nosotros, pero grandes para otros.
Señores, hay cosas que la vida nos esconde sin más, cosas que la vida no nos quiere descubrir, o cosas que simplemente no queremos ver.
Ha llegado el momento de apreciar los pequeños detalles de cada día y de observarlos fijamente, porque siempre las cosas más importantes se nos pasan.
Y siempre habrá cosas que no podramos ver, pero sabemos que están ahí, en nosotros mismos, y serán guardados, como grandes secretos.

martes, 9 de agosto de 2011

Lo que somos.

La influencia de permanecer al lado de determinadas personas mucho tiempo nos hace cambiar, nos hace parecernos a ellas, o eso nos parece.
Puede que cambien algunos aspectos de nuestro parecer, de nuestra forma de pensar, pero nunca cambiarán lo que somos, ni lo que queremos. Simplemente somos nosotros mismos, nadie más. Y queremos en esta vida lo que siempre hemos querido, lo que siempre hemos buscado.
Nadie nunca cambiará mis manias. Nadie cambiará mi forma de mirar, o el gesto que mi hace mi cara cuando te piensa. Nadie cambiará que te eche de menos todos los días, ni tampoco que seas tú mi mejor regalo.
Nadie cambiará mis virtudes, ni tampoco mis defectos. Nadie cambiará el significado de estos versos. Jamás nadie cambiará el rumbo de mi camino, tampoco cambiarán si este toma un destino incorrecto.
Sólo yo voy a cambiar cada una de esas cosas, si realmente quiero que cambien, o simplemente prefiero dejarlas como siempre han sido.
Porque cada una de esas cosas pertenecen a mí, a mi forma de ser, a mi raíces, de donde pertenezco, y de donde siempre he pertenecido.
Los cambios pueden afectarnos, y hacer que el resto de las personas piensen que hemos cambiado. Pero en nuestro interior siempre se encontrará  lo que somos, y lo que siempre seremos.



lunes, 1 de agosto de 2011

Belleza.

No existe otra marca de belleza para mí que la del espirítu. La belleza no está en el liso de tus cabellos, o en la perfección de tu rostro, o en la figura de tu cuerpo. La belleza se encuentra dentro de cada uno de nosotros, en el fondo de nuestra alma. La belleza de la personalidad de una persona, es la que realmente nos llega al corazón, la que nos enamora, la que nos lleva cada día hacía ella.
Y la belleza vive también en las imperfecciones. De lo imperfecto nace lo perfecto. Considero a la belleza como un símbolo de humildad. Porque todos debemos considerarnos bellos, pero nunca perfectos, porque como siempre se dice, no existe la perfección.
Y la belleza que más nos llama, la pura atracción, condición de seres humanos. Todos poseemos esa belleza, tan solo debemos mostrala al exterior. Podemos ser sensuales, atrevidos, descarados, dulces, apasionados, en cada uno de esos aspectos también se basará nuestra belleza.

Y también, la belleza que no se ve, esa es la más bella de todas.