sábado, 10 de septiembre de 2011

El fin de un principio.

Alguien dijo que el fin del amor de los enamorados llega cuando estos dicen que se aman. Básicamente porque a partir de ese momento uno empieza a ser propiedad del otro.
Quizás ese alguien tenga razón, pero es que yo no puedo estar ni un segundo sin decirle que le amo, porque guardame los sentimientos no es lo mío.
¿Quiere eso decir que pronto llegará nuestro fin?
Pienso que aceptando los peros del otro se consigue hacer un amor fuerte, que merece sus libertades, pero también merece que la llama se mantenga encendida, y para eso hay que llenarlo haciendole ver al otro todo lo que siente nuestro corazón.
No quiero que nuestro amor se apague, o empieze a formar parte de nuestras rutinas.
No quiero que te acostumbres a mí, a nuestro día a día.
Quiero que cada día me recuerdes lo que soy para ti.
Quiero pelearme contigo y que eso haga que te quiera más.
Quiero reconciliarme contigo, y hacer que eso me haga echarte de menos más, mucho más.
Quiero que la llama arda, y que se prenda fuego en mi interior.
Básicamente, te quiero a ti, a nadie más. Y no quiero que eso cambie nunca.

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